En los últimos años del siglo XIX, Mikao Usui, un sacerdote o monje cristiano originario de la ciudad de Kyoto, Japón, lo redescubrió y debido a ello, se emplean en esta técnica algunos vocablos del idioma Japonés.
Se dice que Usui, desconsolado por el sufrimiento que padecen las personas cuando se enferman, se propuso encontrar un método de curación sencillo, tal como el que emplearon el Buda y Cristo al imponer sus manos sobre los enfermos.
Se retiró a ayunar y meditar a una montaña sagrada llamada Koriyama. A los 21 días, percibió una bola de fuego que se le abalanzó y no obstante que podía haber sido destruido por ella, la enfrentó. El proyectil lo impactó en el “tercer ojo” derribándolo y haciendo que se desmayara. Al recobrar el conocimiento observó “millones y millones de esferas con todos los colores del arco iris.” Entonces concibió los símbolos Reiki detalladamente y la manera de utilizarlos para curar.
¡El método había sido redescubierto con toda precisión!
Se dice que Usui, desconsolado por el sufrimiento que padecen las personas cuando se enferman, se propuso encontrar un método de curación sencillo, tal como el que emplearon el Buda y Cristo al imponer sus manos sobre los enfermos.
Se retiró a ayunar y meditar a una montaña sagrada llamada Koriyama. A los 21 días, percibió una bola de fuego que se le abalanzó y no obstante que podía haber sido destruido por ella, la enfrentó. El proyectil lo impactó en el “tercer ojo” derribándolo y haciendo que se desmayara. Al recobrar el conocimiento observó “millones y millones de esferas con todos los colores del arco iris.” Entonces concibió los símbolos Reiki detalladamente y la manera de utilizarlos para curar.
¡El método había sido redescubierto con toda precisión!